Aquí estoy
trayéndote versos nuevamente, construyendo balsas hacia tu mente, siendo un
recorrido elocuente, inundando la habitación de palabras que serán adherentes,
hacia los espacios de la mente. Mantente fuerte, agárrate de lo que sea, que
sea indispensable, que tu instancia hable, que las palabras callen, que tu
mirada cante… y el hedor a tinta nos embriague. Viajeros de la red, red de
vibra que nos une, red de personas, energías en las sombras, quienes nombran.
Sed de normas por quebrar, sed de actos por armar, armas de amor para la
humanidad, caridad de letras para inspirar. Espejos en el vacío de la vereda,
que verdad, que en la vida existan mas escuelas, que en las aulas….de que me
hablas, somos aves por volar, atravesar el océano, dejar una estela en el
vuelo, de un recorrido único, sin vacilar.
Cometiendo el cometido, a que hemos venido, sino a estar, estar en la estancia,
una instancia en el mar, este mar de palabras, que no va a acabar, en lo
profundo de la tierra, lograremos cavar, versos que hacia el futuro se puedan
recitar, a quien quieras recordar, busca en tu interior, ahí se encuentra y por
ti siempre va a esperar. Tiempos fundidos en los sueños, tiempos aniquilados
por los dueños, tiempos imaginarios, incinerados en los leños de el presente,
esta gente, que me preste, algo para liberarme de la mente. Un latido fuerte,
un sol sonriente, una luna naciente…o un té con la muerte.
Este cuerpo
inerte, dejándose llevar por la corriente, transcribiendo hechos en la vida por
siempre, fluyendo en las aguas de la mente, perdido hasta los huesos, siendo
azotado por sus reflejos, alocado escritor que ha volcado su alma en la tinta, y
ha bebido al seco como vaso de absenta, trago de demonios, hadas, y de el
poeta. Mis escritos no son para
entender, ni para un viaje emprender, no quiero sorprender, solo vacío mi alma
en cada escrito, es un rito, algo que no omito, aquí me encuentro, martillando
palabras, haciendo de este escrito un vomito. Insisto, no vengas a entender, que vas a
perder, mejor embriágate con lo que encuentras, aquí los conchos de vidas
pasadas, obras no actuadas, arte que nunca se apreció, se hizo un incienso y
este como humo se extendió, por la habitación, recorrió cada rincón, se robo
hasta el ultimo espacio de aire, se llevo consigo el respiro. Preciado tesoro
del cual todos somos testigos, pero que no valoramos, porque ha quedado en el
olvido.