"Ahí estaba ella, leyendo el mensaje de el, viendo como unas palabras producían cambios químicos en su cuerpo, desencadenado un derrame de emociones.
Ya no sabia si la realidad se había encamado con la ficción, si el producto de esta unión, solo se vertía en su imaginación o era consecuencia de el dote de un buen texto.
Solo ella sabía que por más kilometros que los mantuvieran distanciados, el texto publicado cada noche, los mantenía arrimados, en la profundidad de una tinta virtual, de una mensajería de texto, de un estado en el muro.
Era algo íntimo más allá que encuentros carnales, eran la prueba misma de que las almas se podían unir en la web. Una brocha inspiradora para otras almas, pinceleando los corazones de quienes lean, comprometidos en esta orgía textual.
Más allá de simple caricias, hablamos de conexiones que superan las barreras de el tiempo, encuentros, una y otra vez, una y otra vez. Quizás en cuántas realidades, ya nos aceptamos en las redes sociales. Unidos en un mismo orgasmo creativo..."
Carta a mi musa.
